Aparejadores, un encuentro intergeneracional.
El tradicional acto de entrega de distinciones se convirtió, seguramente más que nunca, en un encuentro intergeneracional. Seguramente fue la intervención de Álvaro Anaya Simón, que habló en nombre de los cuatro nuevos colegiados en Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Burgos (COAATBU) lo que despertó una serie de alusiones elogiando las posibilidades que ofrece el título que, más allá de nuevas denominaciones como arquitecto técnico o ingeniero de la edificación, varios intervinientes defendieron que es el de aparejador, un nombre que solo se usa en España para una profesión que, en eso si coincidieron todos “tiene futuro”.
Fue el presidente del COAATBU, Jesús Manuel González, el encargado de dar la bienvenida a los asistentes en un acto cálido en el Teatro Principal que contrastaba con las frías temperaturas del exterior. Aprovechó para recordar a los colegiados fallecidos este año y para pedir a los recién inscritos que participen de manera activa en la vida colegial.
En nombre de los cuatro recién colegiados, que recibieron su insignia de plata, Álvaro Anaya Simón se mostró contento por el título recién obtenido, aunque también aprovechó para señalar que a los recién titulados las cosas “no les son fáciles” en el mercado laboral porque “está saturado y en muchos casos se exige experiencia como condición para contratar”, algo que lógicamente no pueden tener los recién egresados.
Llegó después el momento emotivo de los reconocimientos a quienes llevan 25 y 50 años de profesión. Y lo hizo en forma de una estatua realizada por Óscar Martínez. El propio artista explicó que es su visión del patrono de los aparejadores y arquitectos técnicos, San Juan de Ortega.
En ese momento llegó la primera matización de las dificultades de acceso a la profesión. Fue Enrique Cortés López de Armentia quien, en nombre de los reconocidos tras 25 años ejercicio insistió en que es una profesión transversal, hermosa, que requiere movilidad profesional y geográfica, pero ofrece muchas oportunidades. Tuvo también su parte reivindicativa, al reclamar más presencia de mujeres en puestos directivos de la profesión y en el COAATBU.
En nombre de los más veteranos, con 50 años de profesión a sus espaldas, Pedro de Torres se mostró aún ilusionado. Incluso bromeó: “Me he divertido mucho con mi profesión y casi siempre me han pagado”. Tras una experiencia profesional en la que ha recorrido parte de España y ha llegado a dirigir dos obras en Colombina, De Torres animó a los jóvenes titulados a explorar las posibilidades de trabajo que ofrecen los países americanos de habla hispana.
Otro de los protagonistas de la jornada fue Eloy López Zamanillo, a quien el COAATBU quiso reconocer el mérito de haber obtenido el doctorado por la Universidad de Burgos. Algo que ha requerido “muchos años de esfuerzo pero ha merecido la pena”, aseguró López Zamanillo, que aprovechó para recordar que su tesis, convertida en libro puede encontrarse en la propia sede del COAATBU.
Fue el propio presidente del Colegio el encargado de explicar las razones de las dos distinciones de este año, a Javier Sarralde la distinción en reconocimiento a
la notoriedad profesional y al director gerente del Instituto de la Construcción de Castilla y León, José María Enseñat, el título de Colegiado de Honor.
En el caso de Enseñat, Jesús Manuel González destacó que es un ingeniero de Caminos, Canales y Puertos con un abultado currículum que, desde 2005, dirige el Instituto de la Construcción de Castilla y León que quiere incidir en todos los aspectos técnicos que intervienen en el proceso de construcción de cualquier obra, civil, de edificación o rehabilitación. El COAATBU le ha nombrado Colegiado de Honor por su especial actuación favor del sector, del colectivo de aparejadores y del propio colegio.
En el caso de Sarralde, que ha compaginado la actividad profesional como
Aparejador en ‘Sarralde Arquitectura e Ingeniería’ con la docencia como
profesor de dibujo en el Diego Porcelos desde hace 15 años, el presidente del COAATBU destacó su notoriedad profesional, su espíritu colaborador y su apuesta
por las nuevas tecnologías. De hecho, señaló que el motivo que ha llevado a su reconocimiento por el Colegio es su “generosidad con el Colegio y sus compañeros”. En este sentido, recordó que ha desarrollado una aplicación, www.gmlweb.com, para facilitar la coordinación con el Registro y el Catastro que está disponible gratuitamente desde la web del COOATBU.
En la clausura del acto, tanto el rector, Manuel Pérez Mateos, como el concejal de Infraestructuras, Daniel Garabito, coincidieron en defender la denominación de “aparejadores” y la importancia de la labor de estos profesionales. Daniel Garabito, arquitecto e hijo de aparejador, consideró que “es una profesión maravillosa porque las obras son un entorno dinámico en el que siempre pasan cosas”. Por su parte, el rector se mostró convencido de que, tras los años de la crisis, las matrículas de Arquitectura Técnica se irán recuperando lentamente y llamó la atención sobre su papel en algo tan sensible como la lucha contra el cambio climático.