Jardines en los tejados, árboles africanos y calles pintadas de blanco: cómo adaptar la ciudad al calor extremo.
Las urbes son más vulnerables a los efectos negativos de las altas temperaturas, que cada vez son más frecuentes por el cambio climáticos
EL PAÍS
MANUEL PLANELLES | MIGUEL ÁNGEL MEDINA
Madrid – 20 JUN 2022 – 05:30 CEST
La extraordinaria ola de calor que la semana pasada golpeó la península Ibérica y las Baleares ha dejado un reguero de temperaturas récord y días sofocantes. Pero también es otro recordatorio de lo que ocurrirá con más frecuencia a partir de ahora debido a un cambio climático que en estos momentos no se puede revertir, aunque sí mitigar. La enorme cantidad de gases de efecto invernadero que ha emitido el ser humano ya permanecerá durante décadas en la atmósfera, con lo que el calentamiento no cederá de momento. “Tenemos que adaptarnos”, recordaba el viernes la Organización Meteorológica Mundial (OMM) al referirse a la “inusualmente temprana e intensa” ola de calor que ha golpeado a Europa.