COLEGIADOS DE HONOR 2025: Isabel Pérez Ojeda y FAE Burgos
“Lo importante es la vida”. Así cerraba Isabel Pérez Ojeda sus palabras tras recibir el reconocimiento a la notoriedad profesional del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Burgos en un acto en el que hubo mucha vida. La de FAE y su presidente, Miguel Ángel Benavente, Colegiado de Honor; la de los 50 y 25 años de profesión y la de los nuevos colegiados que miran al futuro.
Isabel Pérez Ojeda es una de las mujeres pioneras en la Arquitectura Técnica. Acabó la carrera en 1971 y hasta su jubilación en 2016 ha desarrollado una intensa carrera profesional y ha sido miembro e la junta directiva del COAATBU que ahora le entrega la distinción a la notoriedad profesional “por ser una aparejadora de alta capacidad, reconocida experiencia y por ser ejemplo de enorme calidad humana, personal y profesionalmente”. En sus palabras, se mostró agradecida y emocionada y explicó que se ha sentido “pionera como los buscadores de oro del Oeste» y que ha encontrado su mayor tesoro en los compañeros y amigos de profesión y, especialmente, en sus hijas.
Por otra parte, el COAATBU nombró Colegiado de Honor a la Confederación de Asociaciones Empresariales, FAE Burgos, “por su colaboración con este Colegio aportando representatividad y visibilidad participativa en la sociedad burgalesa”. Su presidente, Miguel Ángel Benavente, agradeció el reconocimiento en nombre de las más de 1.000 empresas y 70.000 trabajadores representados en FAE y aprovechó la ocasión para reivindicar una política de vivienda activa que agilice las tramitaciones necesarias para favorecer la construcción.
50, 25 Y NUEVOS COLEGIADOS
En el mismo acto se rindió homenaje a los colegiados que cumplen 50 años de profesión. Agustín Eguíluz y Luis Serra recordaron la evolución del colegio. Ambos agradecieron el trabajo de todas las personas que han ido pasando allí “luchando por una profesión que ha sobrevivido a todas las crisis”, señaló Eguíluz. Por su parte, reivindicó la figura del “Aparejador” (bien sea Arquitecto Técnico o Ingeniero de Edificación), una profesión que, “aunque ya no sea a pie de obra, sigo ejerciendo de corazón”.
Por su parte, Vicente García Santamaría, en representación de los colegiados que cumplen 25 años, recordó los años de universidad y la evolución de la Escuela Politécnica Superior donde, en sus tiempos, había 300 alumnos en clase y, “ahora nos falta repuesto” para cuando estemos jubilados “y viendo obras y tomando un café. Casí como ahora”, bromeó García Santamaría.
Ese repuesto lo representan los nuevos colegiados como Rodrigo Rivas Díez que abogó por la colegiación como “mucho más que un trámite”, agradeció el respaldo del colegio y manifestó su “compromiso con la excelencia, al servicio de la profesión y la sociedad, para seguir avanzando”.
Los reconocimientos del COAATBU a los 50 y 25 años de profesión son obra de Oscar Martín. El artista burgalés explicó el significado de ambas esculturas. La primera con los elementos propios de la profesión y la segunda, una representación de San Juan de Ortega con cabeza para dirigir, corazón abierto a la luz y mucha mano izquierda.
CLAUSURA
El presidente del COAATBU, José Ignacio Pérez Gonzalo, dio la “bienvenida al equipo” a los nuevos, porque juntos es la manera de seguir avanzando en una “profesión que va muy rápido” y necesita “capacidad de adaptación y formación contínua”, como bien saben los que han cumplido 25 y 50 años de colegiación.
Una formación continua en la que Miguel Ángel Mariscal Saldaña, vicerrector de empresa, campus y digitalización de la UBU, además de exdirector de la EPS, ofreció su “colaboración plena” y, repasando la evolución de la escuela, reconoció que “ahora nos sobra edificio y nos faltan alumnos”.
Por su parte, Roberto Saiz Alonso, delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos, agradeció la labor del COAATBU como institución de derecho público y Ramiro Ibáñez, vicepresidente de la Diputación, el trabajo que los aparejadores realizan en los municipios de la provincia. Además, destacó la importancia de celebrar el acto del COAATBU en el Monasterio de San Agustín, que fue la primera sede de la Escuela de Aparejadores en nuestra ciudad. Un lugar desde el que mirar a los orígenes y hacia el futuro.






